NO NECESITAS SER LA MUJER MARAVILLA

Desde pequeñas la sociedad te ha impuesto una vara muy alta sobre lo que es ser mujer, ser la madre perfecta, la mujer perfecta, la profesional perfecta, la ama de casa perfecta, pero si somos realistas no hay forma de cumplir con todas estos parámetros si no sacrificas tu propia felicidad, porque al final, el día solo tiene 24 horas y te quedarían quedaría faltando horas para cumplir con todo y además sacar espacio para ti.

A menudo lo llaman sacrificio, pero en realidad es amor, es escoger entre todas las opciones que tenemos cual es la que te hace sentir más plena, la que te da más momentos de felicidad, la vida se trata de eso, de tener más momentos de felicidad que de tristeza y saber asumir los momentos no tan buenos con la mejor actitud, el dolor no es evitable pero el sufrimiento si lo es. 

Aprende a poner límites en tu vida, los límites son sanos, son la medida perfecta para tener una vida equilibrada y feliz, aprende a disfrutar cada momento que llega y a aceptar a las personas que están en ella, agradece por tus seres queridos, por los que están al lado tuyo acompañándote, ayudando y por qué no soportando contigo al pie del cañón. 

No necesitas hacer todo sola. Creerte la mujer maravilla a veces solo trae mucho cansancio y soledad, dejas de disfrutar lo esencial de la vida y te olvidas que la meta no es lo más importante, sino el camino.  Entendemos también que en la ruta vas a encontrar personas valiosísimas que podrán ayudarte a cargar todo el peso. A veces sólo por creerte fuerte e invencible no pides ayuda, te vas hundiendo sola y no te das cuenta que a tu alrededor hay muchas otras personas como tú, dispuestos a ayudarte. Te das cuenta que el pasto no es más verde al otro lado, el pasto es más verde donde lo riegas, donde lo cuidas, donde le das amor, allí sólo allí empieza a florecer. 

Si empezamos a eliminar la presión mutua de hacerlo todo “perfecto” y querer ser la mujer maravilla en todos los aspectos de la vida, si en cambio abrazamos nuestros miedos, nuestra fragilidad y nos damos cuenta que juntas somos más fuertes, podremos empezar a cambiar nuestro mundo y el de los que nos rodean.